sábado, 22 de marzo de 2014

Novela Violettera.- Capítulo 1

¡Holi! We, esta es mi primera novela, esta sería como la primera parte del primer capítulo. No se confundan, la novela no vendrá dividida en partes en cada capítulo, pero por ahora lo dejé así.




(Violetta)

El despertador a mi lado no paraba de sonar. Quizás en otra ocasión hubiese aventado un almohadón hacia él, pero hoy era un día distinto. Después de cuatro meses de gira, hace un mes había vuelto a Buenos Aires, ese mismo mes que teníamos de vacaciones en el Studio, para descansar. Los chicos habían vuelto a sus países, los extranjeros. Francesca y Federico a Italia, mientras que Nati y Diego abordaban su propio avión a España. Broadway fue a visitar a su familia a Brasil, acompañado por Camila que nunca lo dejo solo. Marco y León fueron de vuelta a México, cada quien a relajarse un rato. León había pedido quedarse conmigo, pero él tenía que ver a su familia, o almenos a la que aún vive allá, porque con respecto a sus padres nunca se han ido de aquí.

—¿Violetta?—preguntó mi padre, tocando mi puerta.

—Papá, estaba durmiendo—dije abriendo de esta, encontrándome con un Germán Castillo que nunca me imaginé. Este cargaba su pijama azul, con una bata del mismo color, pero un tono más claro. Y en sus manos cargaba una bandeja, rellena con comida, toda mi comida favorita.

—¿Puedo pasar?—volvió a preguntar. Abrí totalmente la puerta, permitiéndole entrar—. Traje el desayuno. Noté que no bajabas, así que supuse que aún no despertabas.


—Pero, ¿porqué no me despertaste entonces?—Bien, esto era raro. Germán, mi padre, subiéndome el desayuno, ¿y encima me dejaba dormir?

—Nada, es tu primer día en el Studio. Y quería que descansaras lo suficiente, aún estas a tiempo—lo miré confusa—¿Porqué me miras así?

—Vos...siendo considerado, ¿conmigo?—el frunció el ceño y entrecerró los ojos—. Eh, digo porque siempre lo sos. So-solo era una broma, papi.

—Eje, eso espero. Ahora te dejo, vestite y desayuná. Ramallo te lleva en 45 minutos.—asentí.

En cuanto cerró la puerta me eché a reír. A este hombre le sucedía algo más que mi vuelta al Studio para estar feliz y considerado, además de que no estaba en su look normal. Algo me tenía escondido, él era muy obvio, encima de que no sabia para nada ocultar las cosas.

                                                                       (...)

(León)

Bien, aún es temprano. Estoy en pleno vuelo hacia Buenos Aires, estaba apunto de aterrizar. Minutos más tarde, la voz de una de las azafatas se oyó por el parlante, avisando que estábamos sobre Buenos y en segundos comenzaríamos a decender.

—Hijo—intervino mi mamá, Leonora.—¿Vas a ver a Violetta hoy?

—Obvio Mamá, ella también va al Studio—dije, mirando a la ventana como comenzabamos a bajar—. Y, si no la veía hoy, la iría a buscar mañana.

—¿Y que tienes planeado?—pregunto ella sonriendo. Nada, se supone que únicamente iría al Studio y la vería ahí.

—Ir al Studio, ahí la veré, quizás ir al Restó bar junto al Studio. Oí que Luca lo volvió a abrir.

—¿Eso nada más?—pregunto ella; la verdad nunca había pensado en algo—. Haber, León, ¿donde quedó el León romantico, el mismo que usaste para conquistarle? Hijo, eso no se usa sólamente al conocerse. 

—¿Que pretendes que haga?—reí por lo bajo. Para mi suerte mi padre estaba en otro asiento, a la columna de al lado. De otro modo, me hubiesen dado juntos una larga charla.

—Bien, llévala a algún lugar especial, que le traiga un lindo recuerdo. León, hace un tiempo que la chica no te ve, no puedes llegar porque sí, debes ser lindo. ¿Tiene algún lugar especial?

Sonreí leve, sabía perfectamente donde.

—Sí. Gracias por la idea, Ma.

                                                                      (...) 
(Ludmila)

¡Perfecto! Mi cabello arreglado, perfectamente rulado sobre las puntas. Luego tendría que agradecer a Nati por ese rulador en navidad. Sabía lo mucho que disfrutaría ese regalo. Bueno sí, había dejado de ser una sobervia y caprichosa, pero eso no me quita el estilo. Faltaba una hora para el Studio, bueno, faltaba una hora para aún llegar a tiempo al Studio. ¿Como estarán los chicos? Nata y Diego regresaban hoy de España, quienes al fin me perdonaron. Debo decir que a pesar de lo mucho que les rogué y el echo de que fue el momento más humillante de mi fantastic vida, los extrañaba mucho.

—Un toque acá, delineador aquí—comenté buscando el espejo—, lapiz labial y listo.

Me miré al espejo, orgullosa de mi trabajo. Estaba echa la chica perfecta, cabello arreglado, maquillaje suficiente pero no en exceso, natural pero no poco, simplemente perfecto, y el vestuario ideal para comenzar el día. Una falda beige y usa blusa holgada celeste con brillos en unos que otros lados, además los converse originales combinados del mismo color daban el estilo ideal.

                                                                










Novela Violettera.-Hipótesis.

Luego del show final, de todo puede pasar. Ahora que los chicos han terminado su gira con You-mix, hay que volver al Studio, ahora con toda una carrera. Muchos mas maduros, o no, tendrán que afrontar por sí solos todos los retos que se les intervengan en el camino hacia cumplir sus sueños y ser felices. Con diferentes actitudes y diferentes ideas, nada ser fácil. Pero la música los ayudará a encontrar sus respuestas, su camino y terminar de descubrir su mundo. ¿Todo volvería a la normalidad? Ahora los chicos tienen un problema, y es que el último año...no es como imaginaban.